Crisis de Seguridad en Sinaloa: Incremento Significativo de Homicidios y Secuestros en 2024
Sinaloa enfrenta una situación sin precedentes en materia de seguridad durante el año 2024. Según datos proporcionados por la Fiscalía General del Estado y presentados por el Consejo Estatal de Seguridad Pública, el estado ha registrado cifras históricas en homicidios y secuestros. En el mes de octubre, se alcanzó la tasa más alta de homicidios con 6.01 por cada 100,000 habitantes.
Adicionalmente, el 60% de los homicidios del año se concentraron entre septiembre y noviembre, con una mayor incidencia en la ciudad de Culiacán. En el ámbito de los secuestros, se reportaron 680 denuncias en el mismo período, marcando la cifra más alta registrada hasta la fecha. Estos números reflejan una alarmante tendencia que agrava la percepción de inseguridad en la región.
Alta Prevalencia de Armas de Fuego en Actividades Delictivas en Sinaloa
El uso indiscriminado de armas de fuego es uno de los factores que intensifica la crisis de seguridad en Sinaloa. Se reporta que el 84% de los homicidios dolosos en el estado se cometen utilizando armas de fuego, superando significativamente el promedio nacional del 73%. Este elevado uso de armas contribuye a la gravedad de los delitos y complica los esfuerzos por controlar la violencia.
La proliferación de armas de fuego en manos de delincuentes facilita la perpetración de actos violentos y plantea desafíos considerables para las fuerzas de seguridad. La disponibilidad de armas potentes aumenta el riesgo de confrontaciones mortales y dificulta la instauración de un entorno seguro para la población.
Insuficiencia Presupuestaria en la Seguridad Pública de Sinaloa
La falta de recursos financieros destinados a la seguridad pública es otro problema crítico en Sinaloa. El Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP) ha señalado que el presupuesto actual asignado a la Secretaría de Seguridad Pública es de solo 283 pesos por habitante. Esta asignación es considerablemente menor en comparación con estados vecinos como Chihuahua y Sonora, que destinan 386 y 1224 pesos por habitante, respectivamente.
La insuficiencia presupuestaria limita la capacidad operativa de las instituciones encargadas de la seguridad, afectando la implementación de estrategias eficaces para combatir el crimen. Sin un financiamiento adecuado, es difícil fortalecer las estructuras necesarias para enfrentar la creciente ola de violencia.
Impacto de la Falta de Recursos en la Eficacia Institucional
La escasez de recursos influye negativamente en la capacidad de respuesta de las instituciones de seguridad en Sinaloa. Por ejemplo, la Fiscalía General del Estado enfrenta una carga de trabajo insostenible, con cada agente del Ministerio Público atendiendo aproximadamente 300 carpetas de investigación semanalmente. Esta sobrecarga dificulta la investigación eficiente de los delitos y la persecución efectiva de los responsables.
Además, la falta de financiamiento adecuado restringe la posibilidad de adquirir tecnología avanzada, capacitar al personal y mantener una presencia policial constante en las zonas más afectadas. Estos factores contribuyen a una disminución en la efectividad de las acciones de seguridad y perpetúan el clima de inseguridad en el estado.
Estrategias del Consejo Estatal de Seguridad Pública para Combatir la Inseguridad
Frente a la crisis, el CESP ha propuesto tres estrategias fundamentales para abordar la inseguridad en Sinaloa. La primera es mantener la presencia de fuerzas federales en el estado, argumentando que su retiro podría exacerbar la violencia existente.
La segunda estrategia consiste en solicitar un incremento del 40% en el presupuesto destinado a la seguridad para el año 2025, una solicitud que contrasta con la propuesta del gobernador, que solo contempla un aumento del 13.62%. Este aumento presupuestario es visto como esencial para fortalecer las instituciones locales y mejorar la capacidad operativa.
Finalmente, el CESP aboga por la implementación de estrategias de prevención del delito que involucren a la sociedad civil. Estas estrategias buscan promover la cultura, los valores y la educación como pilares fundamentales para la construcción de una paz duradera y la reducción de la violencia en la región.