Después del llamado del gobernador Rubén Rocha Moya para que el comercio local del centro reabriera sus puertas, el panorama sigue siendo complicado para los comerciantes de Culiacán. El presidente de la Unión de Locatarios del Centro de la Ciudad, Óscar Sánchez Beltrán, informó sobre los esfuerzos para normalizar las operaciones, a pesar de los problemas significativos que enfrentan debido a la situación de inseguridad y la falta de personal.
La reapertura gradual de los negocios
La estrategia de reapertura ha sido cuidadosa y paulatina. Según Sánchez Beltrán, los comercios han empezado a operar de forma escalonada, comenzando con un 5 a 10 por ciento de capacidad, con la posibilidad de llegar a un 50 por ciento hacia las 10 de la mañana y aspirando a un 70 por ciento al mediodía. No obstante, alcanzar una operación al 100 por ciento parece un objetivo lejano debido a la desconfianza en la seguridad pública.
Impacto de la inseguridad en el personal
Uno de los mayores desafíos que enfrentan los comerciantes es la renuncia masiva de empleados, con más de 2 mil trabajadores que han dejado sus puestos desde el inicio de la crisis. Esto no solo dificulta la reapertura completa de los negocios, sino que también genera incertidumbre sobre la posibilidad de mantener las operaciones en marcha.
Pérdidas económicas significativas
Las consecuencias económicas de la violencia en la ciudad son severas. Las pérdidas superan los mil 200 millones de pesos, una cifra alarmante que se ha acumulado en tan solo tres días de disturbios. Además, los comerciantes sufrieron la cancelación de las celebraciones del 15 de septiembre, para las cuales ya habían preparado mercancía, aumentando así las pérdidas acumuladas.
Un camino difícil hacia la recuperación
La recuperación económica para los negocios locales es incierta y se enfrenta a numerosos retos. El sector comercial ya venía arrastrando bajas ventas desde principios de año, y la reciente crisis ha complicado aún más la situación. Los propietarios de negocios deberán encontrar formas de adaptarse y superar los desafíos de seguridad y personal para intentar retomar sus actividades con normalidad.