Captura en Ciudad de México y vinculación con el Cártel Jalisco Nueva Generación
El pasado sábado 22 de marzo se dio a conocer la detención en la Ciudad de México de José Gregorio “N”, alias Comandante Lastra. La información oficial reveló la participación activa del detenido en actividades propias del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Según reportes emitidos por el Gabinete de Seguridad, se constató que este individuo actuaba como subordinado de Gonzalo Mendoza Gaytán, alias El Sapo, siendo responsable de la operación en el Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco.
Estrategia digital y reclutamiento en redes sociales para operaciones delictivas
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana explicó que el Comandante Lastra coordinaba un grupo de reclutadores que aprovechaban plataformas digitales, en especial TikTok, para publicar ofertas de empleo falsas. La estrategia consistía en difundir oportunidades laborales engañosas, con el objetivo de atraer a personas vulnerables.
En estas publicaciones se ofertaban puestos de guardia de seguridad, con sueldos que oscilaban entre 4 mil y 12 mil pesos semanales, sin requerir experiencia y con contratación inmediata. Este uso de redes sociales permitió ampliar la red delictiva a través de un proceso de captación que combinaba tecnología y engaño.
Proceso de adiestramiento y preparación en el centro de operaciones
Una vez se establecía el contacto, las personas interesadas eran citadas en centrales de autobuses y posteriormente trasladadas al centro de adiestramiento del rancho. Durante aproximadamente un mes, los nuevos integrantes permanecían incomunicados mientras recibían instrucción en materias como manejo de armas, labores de infantería y entrenamiento físico.
Durante este periodo, a los reclutados se les despojaba de sus pertenencias y se les uniformaba con equipo táctico acorde a sus aptitudes, preparación que permitía su asignación a diferentes zonas del territorio nacional. Este riguroso proceso de formación evidenció el modus operandi del grupo criminal para reforzar sus filas mediante prácticas coercitivas.
