Según el último informe del Banco de México (Banxico), hasta enero de 2024, la base monetaria del país aumentó un 5.9%, lo que equivale a 2 billones 957 mil millones de pesos en efectivo en manos de los mexicanos. Los bancos, por otro lado, mantienen un saldo líquido de 7 mil 291 mil millones de pesos.
La base monetaria, que incluye todos los billetes y monedas en circulación, así como el saldo neto de las cuentas corrientes de los bancos en Banxico, proporciona un reflejo de la distribución de la riqueza en México. Mientras tanto, el Agregado monetario representa el dinero controlado por los bancos y otras entidades financieras.
Mexicanos prefieren usar efectivo que tarjetas
A pesar de los avances hacia la digitalización de la economía, los mexicanos siguen prefiriendo el uso del efectivo. Las transacciones se realizan generalmente con «dinero en mano», lo que plantea desafíos y responsabilidades para el Banco de México, que es responsable de la producción de billetes y ordena la acuñación de moneda metálica a la Casa de Moneda de México, una entidad subordinada a la Secretaría de Hacienda.
El uso de efectivo sigue siendo popular en México a pesar del crecimiento de las transferencias y pagos digitales. La demanda de billetes y monedas fluctúa dependiendo de factores cotidianos como el día de la semana, las vacaciones y las festividades. El incremento de la actividad económica resulta en un mayor número de transacciones, muchas de las cuales requieren mayores sumas de efectivo.
El Banco de México ha observado que el uso de billetes y monedas aumenta considerablemente durante la temporada navideña, lo que explicaría en gran parte el aumento en la base monetaria en enero de 2024.
La inflación también es un factor determinante en el uso de efectivo. A medida que los precios de bienes y servicios aumentan, la demanda de efectivo también crece, reflejando una preferencia por activos tangibles en tiempos de incertidumbre económica.
Sin embargo, mantener grandes sumas de dinero en efectivo puede ser costoso para los individuos, ya que implica perder oportunidades de ganar intereses en los bancos o de invertir en instrumentos como los Cetes. Por tanto, acumular efectivo en lugar de depositarlo en cuentas bancarias o invertirlo plantea un dilema financiero. Los mexicanos que están fuera del sistema bancario están sufriendo el impacto silencioso de la inflación, que disminuye el valor real de sus ahorros en efectivo con el tiempo.