Canadá ha decidido unirse a la disputa comercial iniciada por Estados Unidos contra México debido a las restricciones impuestas por el país latinoamericano a las importaciones de maíz genéticamente modificado, también conocido como maíz transgénico. En un comunicado conjunto emitido por las ministras de Comercio, Mary Ng, y de Agricultura, Marie-Claude Bibeau, se afirmó que Canadá comparte la preocupación de Estados Unidos respecto a que las medidas adoptadas por México carecen de respaldo científico y podrían perturbar innecesariamente el comercio en el mercado norteamericano.
Las funcionarias canadienses anunciaron que el país participará como tercera parte en las consultas para la solución de diferencias y continuará trabajando con México y Estados Unidos para alcanzar un resultado que garantice la previsibilidad comercial y el acceso al mercado para los agricultores y exportadores canadienses. Cabe destacar que México es el segundo mayor mercado para el maíz estadounidense, que se utiliza principalmente para la alimentación animal, y las autoridades de Estados Unidos han criticado reiteradamente la prohibición del maíz transgénico impuesta por el Gobierno mexicano, calificándola como carente de rigurosidad científica.
En caso de que las consultas no logren resolver las controversias, Estados Unidos podría solicitar la creación de un grupo especial de resolución de disputas. Esta escalada en la disputa podría llevar a medidas más graves, como la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos contra México. Aunque Canadá no es un gran exportador de maíz, el país ha expresado su preocupación por las posibles prohibiciones arbitrarias que México pueda imponer a la agricultura producida con biotecnología. Canadá es el principal productor y exportador mundial de canola, un cultivo modificado genéticamente, y México es uno de sus principales compradores.
En respuesta a la solicitud formal de Estados Unidos, la Secretaría de Economía de México, representada por Raquel Buenrostro, afirmó que el decreto presidencial para eliminar gradualmente las importaciones de maíz transgénico no afecta comercialmente a Estados Unidos. El gobierno mexicano señaló en un comunicado que demostrará que el uso exclusivo de maíz nativo para la masa y la tortilla no tiene impacto ni interés comercial para Estados Unidos, ya que México produce el doble de maíz blanco del que destina a la tortilla. Además, el decreto mexicano fomenta la preservación de la producción de semillas nativas, lo cual contribuye al cumplimiento del capítulo ambiental del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y a la protección de la biodiversidad.
La Secretaría de Economía de México aseguró que la transición hacia una menor dependencia del maíz transgénico se llevará a cabo de manera gradual y sostenible, fortaleciendo la competitividad y productividad del campo mexicano, en total cumplimiento de los compromisos internacionales suscritos por México.
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