El 5 de marzo de 2024, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció la formación de una nueva «fuerza de ataque» en una reunión con su Consejo de Competencia en Washington, D.C. El nuevo equipo está bajo el mando conjunto del Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio (FTC). Aunque los detalles específicos de esta fuerza de ataque no fueron revelados en el anuncio, la participación de estas dos importantes entidades gubernamentales sugiere un enfoque en cuestiones de legalidad y comercio.
Además, Biden celebró la adhesión de Suecia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), afirmando que la Alianza continúa «defendiendo la libertad y la democracia», a pesar de los desafíos planteados por la invasión rusa de Ucrania. El presidente de los Estados Unidos afirmó que la OTAN se ha vuelto «más fuerte que nunca» y que la entrada de Suecia en la Alianza representa un rechazo a los intentos de Rusia de «debilitar a Europa y dividir a la OTAN».
La adhesión de Suecia a la OTAN se produce un año después de que su vecino, Finlandia, también ingresara en la Alianza. Ambos países habían solicitado la adhesión en mayo de 2022, poco después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Aunque la OTAN había previsto inicialmente una rápida incorporación de Suecia y Finlandia, el proceso se retrasó debido a las reticencias de Hungría y, en particular, de Turquía, que bloqueó el proceso alegando falta de cooperación en materia de seguridad.
Estos acontecimientos se producen en un contexto en el que las tensiones entre Rusia y la OTAN han alcanzado niveles extremadamente altos debido a la invasión rusa de Ucrania. La entrada de Suecia y Finlandia en la Alianza se interpreta como un acto de solidaridad con Ucrania y un rechazo a las acciones de Rusia. Asimismo, la formación de la nueva «fuerza de ataque» por parte de Biden puede ser vista como una respuesta a la creciente amenaza que Rusia representa para la estabilidad global.