En el marco del Día Mundial Contra el Cáncer, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ha revelado datos preocupantes sobre la situación del cáncer en México. De acuerdo con las Estadísticas de Defunciones Registradas, los tumores malignos se posicionan como la tercera causa de fallecimiento en el país, totalizando 45,409 casos en 2023.
La tasa de mortalidad por cáncer ha experimentado un crecimiento exponencial en la última década. En 2012, se registraron 62.04 defunciones por cada 100 mil mexicanos, cifra que ascendió a 68.92 en 2022. Sin embargo, un análisis exhaustivo revela señales de alarma desde hace tres décadas, con un aumento del 126.05% en las tasas de mortalidad entre 1990 y 2019, según datos de la revista Cancers.
El cáncer de pulmón se destaca como la principal causa de mortalidad en los últimos 30 años, seguido por el incremento del cáncer colorrectal a la segunda posición, mientras que el cáncer de estómago desciende al tercer lugar. El estudio también alerta sobre el aumento de las tasas de mortalidad y morbilidad asociadas al cáncer de próstata, mama y páncreas en México.
El análisis resalta la carencia de estrategias nacionales de detección temprana, contribuyendo a diagnósticos en etapas avanzadas y elevadas tasas de mortalidad. Expertos señalan la influencia de factores de riesgo como el tabaquismo, consumo de alcohol y prácticas dietéticas en la prevalencia y mortalidad por cáncer en la población mexicana.
En cuanto a la incidencia por género, se observa una mayor prevalencia de cánceres no reproductivos en hombres, con tasas de mortalidad aproximadamente duplicadas en comparación con las mujeres. A pesar de mejoras en la supervivencia femenina, se revela una mortalidad ligeramente más alta en mujeres mexicanas.
El llamado a la acción del estudio enfatiza la necesidad de revisar las políticas de salud pública, destacando la importancia de campañas de concientización para prevenir enfermedades como el cáncer de pulmón y colorrectal. Además, se destaca la urgencia de mejorar las infraestructuras de salud, agilizar el proceso de diagnóstico y tratamiento, expandir programas de vacunación y estrategias preventivas integrales.
A pesar de los desafíos, el informe también resalta ejemplos positivos, como la disminución en la incidencia y mortalidad del cáncer de cuello uterino, resultado de campañas exitosas contra el virus del papiloma humano (VPH) y programas de vacunación.
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