Un ataque aéreo israelí en la ciudad de Rafah, al sur de Gaza, ha dejado al menos 45 muertos y más de 200 heridos, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. La mayoría de las víctimas fueron mujeres y niños. El ataque se produjo en un campamento de desplazados, provocando un incendio que destruyó varias tiendas de campaña.
Imágenes obtenidas por CNN muestran a civiles tratando de refugiarse mientras los equipos de rescate sacaban cuerpos de entre los escombros. Israel ha defendido la operación alegando la presencia de altos mandos de Hamas en la zona, aunque posteriormente el primer ministro Benjamin Netanyahu calificó el ataque como un «trágico error».
La comunidad internacional ha condenado el ataque, y organismos como la ONU y países aliados han pedido el fin de las operaciones militares en Rafah. La situación en la ciudad es crítica, con hospitales incapaces de atender al alto número de heridos y una creciente crisis humanitaria.
Egipto, que mantiene un bloqueo en su frontera con Gaza, ha expresado su oposición a la operación israelí y ha reportado la muerte de un agente de seguridad en un tiroteo en la frontera.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha declarado que no alterará su política hacia Israel, aunque buscará respuestas tras una investigación sobre el incidente. La Corte Internacional de Justicia ha ordenado a Israel detener inmediatamente sus operaciones en Rafah.
El conflicto entre Israel y Hamas continúa intensificándose, con cientos de miles de palestinos desplazados y una creciente presión internacional para buscar una solución pacífica.