El martes 7 de mayo, al menos 10 estados de México experimentaron apagones masivos, marcando un evento inusual desde febrero de 2021. Estos apagones fueron atribuidos a una combinación de factores, incluyendo altas temperaturas y limitaciones en la capacidad de generación de energía eléctrica.
El Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) activó dos Estados Operativos de Emergencia en respuesta a la creciente demanda de electricidad provocada por las elevadas temperaturas en varias regiones del país. Durante la tarde y la noche del martes, se registraron cortes intermitentes en el suministro eléctrico, afectando a cerca de 10 estados, entre ellos Guanajuato, Puebla, Chiapas, Zacatecas, Tabasco, Nayarit, Estado de México, y Ciudad de México.
La situación obligó a interrumpir temporalmente el suministro de energía eléctrica en hasta 2,610 MW, representando el 5.23% de la demanda máxima del día, con el fin de preservar la seguridad y estabilidad del sistema eléctrico. A pesar de los esfuerzos por restablecer el suministro, se registraron nuevas interrupciones debido al incremento en la demanda nocturna y la desconexión de generación.
Este suceso resalta la importancia de contar con infraestructuras eléctricas resilientes y capacidades adecuadas para gestionar situaciones de alta demanda, especialmente durante periodos de temperaturas extremas.