A pesar de que duele reconocerlo, el presidente aclara que se escuchan rumores de que a la gente se le dijo que le regalarían el combustible, pero lamentablemente dice que era ya una práctica establecida ya que las personas contaban con bidones listos para llenar.
Los rumores sólo buscan encontrar culpables pero aunque duela reconocerlo las personas ya tenían como práctica normal está robando combustible, lamentablemente debido a las circunstancias ya el suceso imprevisto el final de este robo fue trágico.
No se trata de acusarlos porque se entiende que las circunstancias de ellos los han movido a tener esas prácticas reprobables.
Los soldados no pudieron aprender a todos los que estaban en el lugar, además también que no se pensaba confrontar al pueblo es por eso que no se retuvo a nadie durante el robo de combustible, sin embargo si se les advirtió y se les pidió que se retiraran del lugar.