El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acusó a los periodistas de The New York Times y Univisión de injerencia y calumnia después de la publicación de una investigación que implicaba un posible financiamiento de su campaña electoral de 2018 por parte del crimen organizado. El presidente rechazó estas acusaciones, citando la falta de pruebas y criticó a estos medios por la alta remuneración de sus periodistas. Afirmó que Jorge Ramos y León Krauze, destacados periodistas de Univisión, ganan 17 millones de pesos mensuales y 4 millones de dólares anuales respectivamente.
En un giro de eventos, el número de teléfono del hijo del presidente y del vocero de presidencia fue filtrado poco después de que López Obrador revelara públicamente el número de teléfono de Natalie Kitroeff, coautora del informe del New York Times. El hijo del presidente, López Beltrán, consideró esto como un acto de venganza.
El 22 de febrero, en su conferencia de prensa, López Obrador presentó una carta del New York Times en la que se le informaba sobre el reportaje titulado «Estados Unidos indagó acusaciones de vínculos de cárteles con aliados del presidente de México». El informe sostiene que, aunque los funcionarios estadounidenses identificaron posibles vínculos entre los cárteles y «asociados» del presidente, no encontraron ninguna conexión directa entre él y las organizaciones criminales. López Obrador refutó estas afirmaciones, declarando que «todo esto es falso, completamente».
Este evento provocó que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) iniciara una investigación sobre López Obrador por revelar los datos personales de Kitroeff. Este incidente se inserta en un contexto en el que la relación entre López Obrador y varios medios de comunicación nacionales e internacionales ha sido tensa, dado su enfoque en la lucha contra la corrupción y su crítica abierta hacia lo que considera cobertura mediática sesgada.