Un Debut con Sorpresas
En un reciente evento deportivo en Los Ángeles, la Selección Mexicana tuvo un enfrentamiento contra Nueva Zelanda en el icónico Estadio Rose Bowl. Este partido marcó el debut de Javier Aguirre como entrenador del equipo. A pesar de la expectativa generada por su nueva dirección, sorprendió la baja asistencia de aficionados al encuentro.
Asistencia Inusualmente Baja
Los partidos de la Selección Mexicana en territorio estadounidense suelen ser sinónimo de estadios llenos, sin embargo, este no fue el caso. La baja afluencia de público fue notoria, con numerosos asientos vacíos en un estadio que tiene capacidad para albergar a 92,600 espectadores. Esto representa una situación inusual y preocupante para los organizadores, ya que las entradas tenían un coste que oscilaba entre 40 y 100 dólares.
Impacto Económico
La falta de asistencia no solo sorprendió a los aficionados, sino que también afectó económicamente a los directivos. En el pasado, los enfrentamientos del Tricolor en Estados Unidos lograban llenar estadios, como ocurrió en 2010 cuando la selección jugó contra Nueva Zelanda ante 90,526 espectadores, estableciendo un récord de asistencia. La comparación con eventos anteriores deja en evidencia un contraste significativo que podría llevar a replantear estrategias futuras para atraer a más seguidores.