Fue en 1995 cuando el mexicano Mario Molina se hizo acreedor al Premio Nobel de Química por su trabajo en la dilucidación de la amenaza que representan los gases de cloro, bromo, dióxido de carbono y otros a la capa de ozono de la Tierra.
La Universidad Nacional Autónoma de México donde Molina egresó fue quien anunció el lamentable fallecimiento hoy en redes, la causa de muerte: infarto.
Sus investigaciones y publicaciones sobre el tema condujeron a la elaboración del Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas, el primer tratado internacional que ha enfrentado con efectividad un problema ambiental de escala global y de origen antropogénico. Ya se le reconoce como Un mexicano universal.
A través de Twitter miles de seguidores de su trabajo y personas de la política y la educación enviaron sus condolencias a la familia de Molina y lo recordaron como el grande que fue.